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Rodrigo Gálvez Tattoo

Casi medio millón de suscriptores ven sus videos en internet. Y lo más importante: los usan como herramienta didáctica. Tatuar no es un juego, es una metódica artesanía, que desemboca en arte sobre la piel.

Cualquier parte del cuerpo es un lienzo en blanco para este creador de historias. Su versatilidad no es solo con la pistola de tinta en la mano, sino en la variedad de sus tatuados: célebres deportistas y famosos cantantes internacionales, o también humildes ciudadanos de a pie y personas enfermas -o curadas- con pretensiones de tapar recuerdos y olvidar. 

Bien formado, bien viajado y premiado, hoy, el almeriense Rodrigo Gálvez, que no solo tatúa pieles, sino almas, nos cuenta más cosas acerca de su vida y su trabajo:

Rodrigo Gálvez Tattoo

Hola Rodrigo, ¿por qué tatúas?

Yo siempre he pintado. De jovencito iba con mi madre y mis tías a clases de pintura. Ellas tuvieron la vena artística de mi familia materna, que luego pasó a mí. Era solo una afición, hasta que, en 2005, mientras opositaba a bombero, y con pocos recursos económicos, me decidí a hacer un curso de tatuaje en Alicante y ahí empezó todo.

¿Nos puedes contar cómo ha sido tu viaje hasta Almería?

Pues extenso. Lleno de formación, de visitar a gente y hacer cursos, de vivir en sitios diferentes. Primero hice algunos tatuajes en Loja, donde yo trabajaba en el registro de la propiedad. Como necesitaba salir y ver artistas buenos, me fui a Zamora, Alicante, Magaluf, tres meses en Nueva York, vuelta a Mallorca, cinco años en Suiza, tres años en Madrid y por fin, tras muchas convenciones, tatuajes y aprendizajes, me asenté en mi ciudad, Almería, donde llevo ya unos cinco años.

¿Han evolucionado mucho las tintas, herramientas y materiales en las últimas dos décadas?

Muchísimo. Yo empecé teniendo que montar bobinas, esterilizar tubos de grip de acero, incluso soldar nuestras propias agujas al principio. Al llegar la máquina pen y el direct drive y los cartuchos de agujas, me liberé de todo eso, que era muy engorroso y se perdía mucho tiempo. Ahora la tecnología es top: los pigmentos son más sólidos, las baterías duran más, las fuentes de alimentación son mejores, los stencil son más potentes, hay pedales inalámbricos…

¡No sé qué más puede evolucionar! Bueno, ya se están investigando agujas que almacenen el pigmento, o han salido las impresoras de tatuar, con las que estoy algo menos de acuerdo, la verdad… aunque, al fin y al cabo, deberán ser programadas por artistas tatuadores.

Yo siempre estoy abierto a la evolución, me encantan los avances y la tecnología. No se pueden poner barreras.

Nuestro anterior protagonista, Alberdi Makila, dejó esta pregunta en el aire: ¿Qué te inspiró a comenzar en tu oficio y cómo ha evolucionado tu proceso creativo desde entonces?

Me inspiró el llegar a poder ganarme la vida. En anteriores trabajos siempre sentí que estaba perdiendo el tiempo. No estaba feliz. Llegar a pensar que me iban a pagar por algo que disfrutaba fue increíble para mí.

Desde que empecé, he ido viendo a otros artistas y filtrando lo que me gusta hacer. Estoy en constante evolución. Dentro de unos meses, bajaré la carga de trabajo y dedicaré más tiempo a definir mi estilo personal, a disfrutar de lo que hago y ver hacia dónde evoluciono, no solo en tatuaje, sino también quizá en áreas como pintura o escultura. Ahora, gracias a Dios, la falta de presión económica es una gran ayuda de cara a evolucionar artísticamente, sin duda.

¿Con qué celebridad te has reído más mientras tatuabas su cuerpo?

Sin duda, con Sergio Ramos, es un cachondo. Somos de edades parecidas y, aunque a mí no me gusta ver fútbol, él tiene mucho carisma y siempre algo gracioso que contar. Llevo más de quince años tatuándolo y ya hay mucha confianza entre nosotros.

InkBro TV es tu conocido canal audiovisual de puesta en valor del tatuaje, ¿Qué importancia das a la difusión y transmisión de las técnicas del oficio?

Bueno, yo muchísima. Desde que se creó el canal, la intención era ayudar al que quería formarse y crecer. No todo el mundo puede pagarse cursos. Por eso funciona tan bien. Tiene casi medio millón de suscriptores de España y Latinoamérica a los cuales agradezco enormemente el apoyo. De hecho, y esto es una exclusiva para glù, estamos pensando en grabar de nuevo todas las temporadas para ponerlas en YouTube gratuitas y mostrar los nuevos materiales, ocho años después…

¿Escuchas música mientras trabajas? ¿De qué tipo?

Sí, todo el día. Escucho mucho hip-hop: SFDK, ToteKing… También me encanta Lia Kali. A veces me pongo soul cuando no quiero tanto ajetreo. Y mi banda favorita de siempre es Héroes del Silencio. Lo que no pongo nunca cuando tatúo es trap o reguetón.

¿Qué encargos prefieres recibir? ¿Tienes algunos favoritos?

Con lo que más disfruto es con tatuajes de color, de estilo anime, pero tirando a realista, con tonalidades no tan planas y con más volumen. Dragon Ball influyó mucho en mis dibujos de infancia y me gusta hacer esos tatuajes.

Pero lo que más hago y me gusta mucho también es el realismo en blanco y negro.

¿Cuál es tu rincón preferido de la provincia almeriense?

Mi mujer y yo, siempre que podemos, aparcamos la autocaravana en una zona preciosa del Cabo de Gata que se llama La Fabriquilla, donde descansamos y nos relajamos en primera línea de playa.

Has viajado por medio mundo, ¿Qué significado o valor tienen para ti los premios y reconocimientos que recibes?

Siempre está bien llevarse premios. De hecho, el trabajo parece que no vale lo mismo sin los premios. Sobre todo, para los que empiezan, cuando acuden a convenciones para competir —con cierto estrés que no ayuda, la verdad— y ganarse un reconocimiento, un patrocinador, una marca personal… Pero cuando ya tienes un nombre y tu trayectoria habla un poco por ti, los premios ya no son tan necesarios. Aunque es bueno seguir yendo a convenciones para estar actualizado, conocer gente nueva y ver a amigos del gremio.

¿Haces tatuajes altruistas o campañas solidarias con cierta frecuencia?

Sí, casi siempre vinculados a campañas contra el cáncer. Mensualmente, desde hace muchos años, hago gratuitamente la reconstrucción del pezón y la areola a mujeres que han sido mastectomizadas por cáncer de mama. De todos los trabajos filantrópicos que hago, no se ve públicamente ni siquiera el 1%. Creo que esto debe hacerse sin publicidad ni rédito, para ayudar al prójimo desde el anonimato y sentirse bien con uno mismo.

¿Qué aficiones tienes fuera del trabajo?

Me gusta mucho el deporte, el gimnasio, atletismo, salto con pértiga… Otros hobbies son la pintura, la escultura, cocinar, ahora hago sombreros… No sé si tendré suficiente vida para desarrollar todas mis inquietudes.

¿Te puedo pedir que nos dejes una pregunta para el siguiente protagonista?

Sí. En los momentos en que te falta inspiración, ¿a qué recurres para conseguirla?

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