Eugenio Monesma
Hace falta poca presentación. Espesa barba, sombrero de ala, chaleco de safari, cámara en ristre e ideas claras. Hace más de cuatro décadas que este cineasta aragonés empezó a recorrer las regiones españolas para dejar registro gráfico de los oficios y las tradiciones que aún había y se estaban perdiendo en nuestro país: indumentaria, instrumentos, construcción y arquitectura, agricultura y recolección, artesanía, gastronomía, fiestas y rituales, leyendas y costumbres… y así hasta más de tres mil documentales que representan hoy uno de los archivos etnográficos más extensos e importantes de España.
Ver y oír sus grabaciones, protagonizadas por personas, trabajos y lenguajes reales es como viajar al amable pasado artesano que nos precedió. Un pasado no tan lejano que ahora se integra y conserva en el más avanzado de los presentes, ya que las redes sociales y los canales de difusión en línea se encargan de que este material videográfico, ahora digitalizado, tenga millones de seguidores y reproducciones en todo el planeta.
El propio autor, Eugenio Monesma, nos cuenta en estas líneas más acerca de su vida y los últimos cuarenta años de trabajo enseñando partes importantes de la idiosincrasia de un país:
Hola Eugenio. Es seguro que has recorrido muchos kilómetros. No sabemos si conducías tú, pero ¿Has conseguido visitar todas las provincias de España?
No he llegado a visitar todas, aunque me quedan muy pocas. Eso sí, de Aragón puedo decir que he visitado casi todos sus pueblos. Han sido muchos kilómetros al volante, me gusta conducir. Actualmente sigo en la carretera, grabando mi serie de Canal Cocina, “Los Fogones Tradicionales”.
¿Recuerdas tu primera cámara o material técnico de grabación?
Sí, era una Super-8, modelo Eumig 860, que me compré en 1979. Luego ya fui evolucionando con la implantación del vídeo, por lo que han sido bastantes los modelos y formatos que he utilizado hasta la actualidad. Cuando me lo podía permitir, intentaba mejorar mis cámaras y equipos, y por tanto la calidad de grabación.
Tras ver el contenido de muchos de tus documentales, ¿Nos puedes decir qué importancia tienen para ti las palabras “sostenibilidad” y “ecología”?
Son palabras cuyo sentido se aplica pocas veces a la Naturaleza. La sostenibilidad es baldía si se elimina el ganado que limpia los montes, si las aldeas se deshabitan y amplios territorios se quedan abandonados. Nuestros antepasados supieron aprovechar inteligentemente todos los recursos que les daba la Naturaleza para sobrevivir.
¿Tienes algún rincón favorito de Aragón?
Muchos, porque en esta tierra tenemos todo tipo de paisajes, desde altas cumbres en el Pirineo hasta zonas desérticas en Monegros. Pero hay un pueblo al que le tengo un especial cariño, San Juan de Plan, en el valle pirenaico de Chistau (Huesca), donde sus gentes me han mostrado sus conocimientos sobre el aprovechamiento de los recursos. Ahí he podido grabar documentales como la lana, el jabón casero, la recolección de la hierba, el cultivo del cáñamo, la colada en el río y muchos más. Además, los protagonistas de estos documentales, como tía Serena, Anita y Josefina, pasaron de ser los artesanos que estaban ante la cámara a ser amigos de la familia.
¿Dónde te encuentras más cómodo dentro de los procesos de producción de una pieza documental?
Sobre todo en el trato y la convivencia con los protagonistas. Compartir caminatas y estancias por el monte con los pastores trashumantes y sus rebaños, o participar durante algunos días con los caleros, carboneros, tejeros y otros expertos mientras me mostraban su trabajo era enriquecedor, tanto a nivel humano como cultural. Esta convivencia, a veces fue de más de ocho días ininterrumpidos con ellos, y me permitió vivir todo en primera persona, compartiendo amistad con muchas familias de nuestros pueblos.
¿Hay algún documental que te haya resultado más difícil de filmar?
Los más complicados eran los que se grababan en la montaña -pastoreo, hornos de cocción de yeso, cal, tejas, carbón, las navatas…- porque dependíamos de la climatología. Pero también había otros documentales que requerían varios viajes para poder recoger el proceso completo, como fueron los cultivos de lino, cáñamo, escanda, etc. o la fabricación de carros, para cuya grabación necesité dos meses.
Has recopilado un centenar de oficios para recordar en tu próximo libro que se lanzará en octubre, ¿Entre ellos echas de menos algún oficio tradicional concreto que ya se haya perdido definitivamente?
Sí que hay algunos oficios que echo de menos y que, durante la preparación del libro “100 oficios para el recuerdo”, me han traído agradables recuerdos, pero nostalgia por su pérdida. Uno de ellos es el del batihoja, el trabajo de convertir una pequeña pieza de oro en cientos de finísimas láminas de pan de oro para de decoración de retablos y las figuras religiosas. Este lo grabé en un pequeño taller de Madrid, que llevaba muchas décadas dedicado al oficio, y que un año después de terminar el documental tuvo que cerrar por no poder competir, ya que se importaba de Alemania el pan de oro laminado industrialmente.
¿Qué personaje histórico te hubiera gustado que te acompañara en uno de tus rodajes o hacerle a él mismo una pieza documental?
Más que los personajes históricos, si hablamos de esos que han gobernado al pueblo, preferiría compartir mi tiempo con aquellos que han aportado conocimientos a la humanidad, como Leonardo, Galileo, etc. Pero me encontraría más cómodo, como lo he venido demostrando a lo largo de mi vida, aprendiendo de esos campesinos que se esforzaron por sacar adelante a sus familias en los tiempos difíciles que les tocó vivir.
Has recibido premios, galardones, medallas… ¿en qué medida es importante para ti el reconocimiento público a tu labor todos estos años?
Los primeros años de realización de los documentales los premios fueron muy importantes, tanto porque se daba a conocer mi trabajo como por la cuantía económica que suponían para poder comprar el material que necesitaba. Actualmente, entiendo que los reconocimientos son como una aprobación a un trabajo bien hecho a lo largo de toda mi carrera profesional, pero, sobre todo, un acto de gratitud a todas esas personas que aportaron sus conocimientos en los documentales.
Tu contenido es visto y “engancha” a todos los públicos y edades, ¿verdad? ¿Desde donde te han llegado los comentarios, felicitaciones o críticas más lejanas?
Cuando empecé a subir mi contenido a Youtube y a redes sociales pensaba que solo iba a interesar a personas mayores de cincuenta años, pero me equivoqué. Me sorprende que muchos de los comentarios que respondo cada día proceden de jóvenes de unos veinte años que muestran interés por todo este pasado reciente que se ha perdido. Pero, lo que más me llama la atención es que, a través de las redes sociales, estoy llegando a todos los rincones del mundo, desde los países latinoamericanos donde son muy agradecidos con mis documentales, hasta Estados Unidos, muchos países de Europa o Asia. Algo impensable cuando producía los documentales.
Nuestro anterior protagonista, Ángel Peralta, dejó una pregunta para el siguiente invitado. Es esta: ¿Qué es lo que más te hace disfrutar en tu día a día?
Si no salgo al monte en búsqueda de piedras rituales y funcionales, o estoy de viaje grabando Los Fogones Tradicionales, lo que más disfruto es poder llevar mi ritmo de vida habitual. Una primera fase de actividad pronto por la mañana, mi hora de natación, seguir trabajando y luego comer tranquilamente con mi mujer. Por la tarde seguir escribiendo, lectura y cena.
¿Si hoy estuvieras con un adolescente viendo algunos de tus documentales sobre oficios tradicionales, qué le contarías?
En esta sociedad consumista en la que todo se tira sin terminar de usarse, trataría de transmitirle que comprendiera que, antaño, la vida era sencilla, que cualquier objeto, por simple que fuera, tenía una utilidad y mucho trabajo detrás. Que nada se tiraba y que nuestra forma de vida tenía una relación directa con la Naturaleza.
¿Te puedo pedir que nos dejes una pregunta para el siguiente protagonista?
Claro. ¿Hasta qué punto tu vida está vinculada al mundo natural que nos rodea?