glù y el valor de la artesanía
En la era de la globalización y el consumo masivo, la artesanía en España y la calidad de producto han adquirido un nuevo valor frente a la producción industrial al por mayor y las importaciones. La artesanía en el diccionario es la creación manual de productos por artesanos especializados, y ofrece una serie de ventajas que van más allá del mero producto final. Estos beneficios incluyen la preservación de la cultura española, el apoyo a economías locales, y la producción de bienes únicos y duraderos.
Pero glù también considera “artesanía” a todo lo que se hace con ganas, con entusiasmo, con exclusividad, en pequeño, sin alardes, y que da como resultado un gran trabajo, producto o servicio. No tiene porqué poderse tocar con la mano. Artesanía puede ser un vidrio soplado o un cuero repujado, pero también un libro, una idea tecnológica, una forma de gestionar un hotel. Artesano puede ser el impulso y el tesón diario que lleva a un deportista a no tener límites, a un maestro quesero a crear una nueva pieza desde el ensayo-error, o a un ganadero a producir menos, pero sostenible. Una viña biodinámica, un diseño único, un solitario escultor, una camarera de piso cuidando con mimo su planta, un jefe de sala apasionado.
La artesanía en España es un baluarte de la identidad cultural. Cada región tiene sus propias técnicas artesanales que han sido transmitidas de generación en generación. Estos conocimientos no solo reflejan la historia y las tradiciones de una comunidad, sino que también fomentan un sentido de pertenencia y orgullo cultural. Por ejemplo, la cerámica de muchas zonas, los tejidos de algunas comarcas, o la orfebrería de otras, muchas veces no solo son objetos decorativos, sino que también narran historias de los pueblos que los producen. Al elegir productos artesanales, los consumidores apoyan la continuidad de estas tradiciones culturales, evitando que se pierdan frente a la homogeneidad de la producción en masa. Al elegir servicios artesanos, apostamos por lo “boutique”, por las personas, no por las cantidades.
Fomento de la economía local, calidad, exclusividad.
Los artesanos suelen ser pequeños empresarios que dependen de la venta directa para su sustento. Al adquirir productos o servicios artesanales, los consumidores contribuyen directamente a la economía de su comunidad, ya que el creador suele reinvertir en su entorno, generando un ciclo de desarrollo económico positivo.
Además, a diferencia de los bienes producidos en masa, que a menudo priorizan la cantidad sobre la calidad para reducir costos, los productos artesanales son creados con esmero y atención al detalle. Prima la calidad y la durabilidad. Los materiales utilizados suelen ser de mayor calidad, y el proceso de fabricación manual permite una supervisión cuidadosa en cada etapa. Esto se traduce en productos más duraderos y con un menor impacto ambiental, ya que su vida útil es más larga y no necesitan ser reemplazados con tanta frecuencia como los productos baratos de importación. El artesano puede y debe conocer y controlar siempre la trazabilidad de sus materiales o ingredientes.
La exclusividad es otro valor agregado de la artesanía en España. Cada pieza es única, lo que significa que no hay dos productos exactamente iguales. Esto contrasta con la producción industrial, donde la uniformidad es la norma. Para los consumidores que buscan diferenciarse y poseer algo especial, la artesanía ofrece una personalización y singularidad que la producción en masa no puede igualar.
Sin embargo, la artesanía en España enfrenta desafíos significativos. La competencia de precios es uno de los mayores obstáculos, ya que los productos artesanales suelen ser más caros debido al tiempo y los materiales de calidad empleados en su fabricación. Para muchos consumidores, el precio es un factor determinante, lo que los lleva a optar por opciones más económicas, aunque de menor calidad. Para superar este desafío, es crucial una mayor concienciación sobre el valor y las ventajas de lo artesanal, tanto en términos de calidad como de impacto social y cultural. Para glù es claro: detrás de cada cosa producida con mimo hay un ser humano, un alma, una sensación, una idea única, una persona.
Por eso, glù quiere hablar con todas esas personas, preguntarles qué tal están, cómo se encuentran, cómo lo hacen, cuánta pasión ponen en lo que hacen, sea material o inmaterial, permanente o efímero.
Entra en la burbuja glù y descúbrelos…