The Penrider

Apasionado del dibujo manufacturado, amante de la ilustración y del cómic, este artista autodidacta ha invertido muchas horas de luz y de oscuridad pasando su mina por encima de un papel… Su alias lo dice todo. Lo que antes era un formato de inicio, de esbozo, estudio y proyecto, él lo convierte en obra conclusa, un producto acabado que cuenta una historia, pero con un final abierto, para que el espectador se involucre y lo interprete ‘a la carta’.

Predominan blancos y negros, pero sobre todo grises, con algunas notas de color, que crean misterios atmosféricos, veladuras y finos degradados, surrealismos varios y visiones del mundo poco halagüeñas, tirando a trágicas. A ‘The Penrider’ le interesa la soledad de los incomprendidos, los exteriores naturales y los animales. Su obra se asemeja a una tramoya, un decorado cinematográfico.

Digamos que es un “artesano” de emociones, sentimientos y sueños, y los plasma en un trazo, o en muchos, bien dispuestos.

Con muchos dibujos y pocas palabras, Carlos Fernández, es la mano y la mente de ‘The Penrider’, y nos cuenta en esta entrevista algo más acerca de su vida personal y artística:

The Penrider

Hola Carlos. ¿en qué momento de tu vida decidiste ponerte a dibujar para exponer o vender?

Comencé a dibujar tarde, con treinta años. Fue por puro aburrimiento, y enseguida quise mejorar. Lo de exponer y vender vino mucho después.

¿Tienes preferencia por algún tipo de lápiz o de formato?

Portaminas 0,5 HB. Solo con eso puedes acabar un dibujo entero. Lo que más trabajo son piezas pequeñas, aunque estoy empezando a expandirme.

¿Nos puedes contar cómo es tu proceso creativo?

No siempre es igual. A veces tengo una idea y voy dándole vueltas en la cabeza hasta que empiezo un boceto del que hago muchas pruebas antes de comenzar el dibujo. Otras veces es más directo y la primera idea es la buena, incluso alguna vez he empezado por el título.

Vives y trabajas en Madrid, ¿tienes algún rincón favorito de la capital?

Mi sitio preferido de Madrid es, sin duda, mi casa. Realmente no tengo un sitio fijo al que suela ir a menudo.

¿Es difícil presentar dibujos en la escena artística nacional o internacional?

No es difícil, pero es normal que un galerista prefiera llevar grandes óleos a todo color. Lo cierto es que a mí me cuesta más aquí en España que en el extranjero.

¿Cuál es el lugar más lejano donde hay una obra tuya?

Creo que Melbourne, en Australia.

¿Tienes especial cariño a alguno de tus dibujos por lo que representa o por el lugar donde lo creaste?

“The Loopman”, me parece muy original.

Mano alzada con tu lápiz o diseño digital con Inteligencia Artificial. ¿Qué prefieres?

Me lo paso mejor dibujando que escribiendo ‘prompts’, aunque como herramienta está bien en mi opinión.

Nuestro anterior protagonista, Nudo Wood Studio, dejó esta pregunta: ¿Cuál ha sido el momento más difícil en tu trayectoria profesional y qué aprendizaje sacaste de él?

Recuerdo las primeras veces que enseñé mi trabajo a profesionales del sector como editoriales, galerías o agencias de ilustración… El feedback que recibí fue horrible. Algunos incluso parecían ofendidos…

Entonces aprendí que tenía que mejorar y buscar mi público. Me centré solo en dibujar lo que yo quería y mostrarlo en las redes sociales. Al cabo de un tiempo empezaron a contactarme ellos.