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Javier Martín Galán

Malasaña es un barrio madrileño que inspira creación. Por eso, el simple hecho de tener aquí un taller, un espacio donde trabajar, es ya un paso firme para considerar a alguien artesano, artista… en definitiva, creador.

Los años noventa son claves para nuestro invitado de hoy. Conocer la historia de Cristóbal Balenciaga y su taller EISA en Madrid, también. Carmen y Emilia Carriches, que fueran trabajadoras de este taller, antaño sito junto a la Gran Via, le enseñaron las tan características técnicas de costura del modisto vasco, y con ellas adquirió los conocimientos de construcción de volúmenes que determinan sus diseños.

Hace más de veinte años que este artesano de la moda enseña sus técnicas en diferentes instituciones como el Istituto Europeo di Design de Madrid, el CSDMM de la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro Barreira Arte + Diseño de Valencia y la Universidad de Navarra.

Hoy, Javier Martín Galán, mente, alma y manos de su propio proyecto de alta costura nos habla de su vida y de su vocacional trabajo:

Javier Martín Galán

Hola Javier. ¿siempre tuviste clara tu inclinación hacia la moda?

Desde muy joven me atraía conocer la forma de hacer ropa. Con doce años aprendí a tricotar y un poco más tarde a cortar las primeras prendas de vestir con patrones que sacaba de revistas y que luego modificaba para que se parecieran a la ropa que yo quería tener.

Procedes de una vasta familia de docentes. ¿Qué importancia tiene para ti enseñar y difundir el oficio?

Tanto mis padres como mis abuelos maternos eran maestros y la docencia ha sido en mi casa un hecho natural. Yo no pensaba dedicarme a la enseñanza, pero diversas circunstancias me fueron poniendo delante la oportunidad y he descubierto que me gusta y parece que a mis alumnos también.

Creo que es fundamental transmitir el conocimiento, así como nunca dejar de investigar y de aprender. De pequeño quería aprender a hacer ropa y me resultó difícil encontrar ayuda, por eso nunca dejo las consultas sin atender, siempre que tenga esa información siento que lo natural es compartirla.

¿Tienes alguna afición fuera de tu trabajo?

Por supuesto, me encantan las plantas, mi sueño es tener un jardín como el que tenía cuando era niño.

¿Nos puedes contar qué es ‘Nihil Obstat’?

Es un aforismo latino que significa “Nada lo impide”. En un momento dado, dejé la marca Sybilla para fundar, junto a mi socio Armiche Rodriguez esta nueva firma de costura. Fue un proyecto muy hermoso e hicimos un buen trabajo, pero es difícil ser una empresa pequeña, la economía sólo piensa en proyectos grandes con mucho movimiento de capital. Aun así, recuerdo con mucho cariño pensar los vestidos con las clientas, elegir los tejidos, las pruebas… Después, me propusieron formar parte de la plantilla de DELPOZO y por desgracia no podía compaginar los dos trabajos.

¿Hay alguna colaboración de la que guardes un recuerdo imborrable?

Hay muchos recuerdos bonitos en cada etapa y tengo muy buenos amigos que he conocido casi siempre en los trabajos. Por ejemplo, en la etapa de Nihil Obstat, recuerdo la primera vez que visité Nueva York para probarle unos vestidos a Julianne Moore. Después he ido muchas otras veces, siempre a trabajar en los desfiles de Trías y DELPOZO.

¿Con qué frecuencia viajas por España? ¿Has impartido algún curso fuera de nuestro país?

Colaboro constantemente con multitud de centros educativos españoles de diferente índole, desde universidades a pequeñas academias que organizan cursos monográficos. Me encanta viajar en tren y casi cada semana estoy en una ciudad diferente: Málaga, Ávila, Valencia, La Coruña, Tarragona, Zaragoza…

¿Qué valor le otorgas al patronaje dentro de todos los procesos creativos?

El patronaje es el fundamento de cualquier prenda por sencilla que sea, son los planos del edificio, el oficio de la costura básicamente trata de conseguir un volumen determinado a partir de un material plano, el patrón es la clave para que ese plano se convierta en tridimensional.

¿Con qué modista histórico te gustaría haber compartido unas horas a solas en el taller? ¿Qué le preguntarías o de qué hablaríais?

Obviamente con Cristóbal Balenciaga. Cuando él murió yo solo tenía dos años, pero por casualidades de la vida, dos de sus discípulas (las hermanas Carriches) fueron mis maestras durante bastantes años y a través de ellas empecé a admirarlo. Para mí, aparte de ser un genio que llevó a cabo en silencio una revolución estética, también era un gran técnico y sabía perfectamente lo que podía conseguir con cada material. Me hubiera encantado poderle preguntar muchas dudas que aún nos plantean sus creaciones, consultarle como conseguía sus volúmenes.

¿Cuál es tu rincón preferido de Madrid?

El Real Jardín Botánico, un oasis en el centro de la ciudad, lejos de agobios o turismo desbordante.

Nuestro anterior protagonista, Assaad Awad, ha dejado esta pregunta: ¿Qué significa la sostenibilidad en tu área de trabajo y cómo intentas lograrla? ¿Crees que llegaremos a tiempo o es solo una campaña de marketing para tapar el desastre creado por el ‘fast fashion’ y el consumo acelerado?

La sostenibilidad se ha convertido en un tema central a la hora de desarrollar el programa de estudios en cualquier centro educativo. En los centros universitarios con los que trabajo siempre planteamos que al menos un tercio del proyecto personal de los alumnos se lleve a cabo con material reutilizado, tanto tejidos como prendas a las que se da una nueva vida. En los cursos que imparto en el Museo Balenciaga los materiales provienen de stocks que ya se han fabricado y que no se pueden volver a introducir en cadenas de producción porque no tendrían continuidad.

En mis cursos de modelaje trabajo con una empresa familiar de Barcelona llamada Textil Torné que produce tejidos certificados y además tienen una línea de tejidos reciclados fruto de un trabajo de investigación en el que he puesto un pequeño granito de arena.

Cada vez somos más conscientes del daño que puede hacer un consumo desorbitado. Todos conocemos marcas que se esfuerzan en hacer una producción más sostenible y también conocemos a las que no lo hacen. En nuestra mano está elegir y educar para que las nuevas generaciones sean conscientes de lo que pueden significar sus opciones de compra.

¿Tienes algún artista plástico favorito?

Sí, claro. Si nos vamos atrás en el tiempo me emociona la escultura de Miguel Ángel. En el plano contemporáneo me gusta mucho el trabajo del pintor Sigfrido Martín-Begué.

¿Nos dejas una pregunta para el siguiente protagonista?

Sí, ¿dónde pasaste las mejores vacaciones que recuerdas?

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