Javier Garduño – Estudio de Diseño
Calle La Era, suena a rural, ¿verdad? La Hiniesta, Zamora, también. Pues sabed que, el hecho de tener el centro de operaciones a ocho kilómetros de una de las capitales más despobladas de España no ha impedido nunca que, cada año, el equipo de Javier Garduño Estudio de Diseño esté atento a las nominaciones, selecciones, menciones y premios que otorgan algunas de las plataformas de diseño y empaquetado del entorno internacional.
A veces oro, a veces plata, a veces bronce… pero siempre con una idiosincrasia impecable. Con un porqué en cada diseño, un trabajo a medida para cada cliente y un alma, un estilo que respira por sí mismo y que no puede ser ejecutado por programas informáticos, sólo por personas. Y es esto lo que interesa a glù, por eso vamos a hablar con nuestro protagonista de hoy, Javier Garduño, responsable del proyecto.
Javier Garduño – Estudio de Diseño
Hola Javier ¿Qué es lo que te empujó a iniciar un proyecto como este?
Siempre tuve claro que quería trabajar desde mi ciudad, yo no quería irme a vivir fuera. Me encanta el estilo de vida de una ciudad pequeña. En 2010 decidí que tenía que “volar” con mi estilo y con mis decisiones. Catorce años después veo que fue una decisión más que acertada, pero en aquel momento la verdad que tenía un poco de miedo.
¿Tienes algún diseño favorito?
Hemos desarrollado tantos trabajos, tan distintos y de tanta calidad, que no podría quedarme solamente con uno. Incluso varios de ellos los tengo tatuados por lo que significan para mi, tanto el trabajo como la persona que nos lo encargó.
¿Podemos aplicar la palabra “sostenible” en algún proceso de vuestro trabajo?
Trabajamos desde un pueblo de 230 habitantes, tanto el estudio como mi casa (que está justo debajo) son autosuficientes energéticamente ya que hay placas solares y toda la energía es eléctrica. Además, me muevo en un vehículo 100% eléctrico por lo que nuestra huella de carbono no es muy grande, lo cual nos satisface mucho.
¿Cuál es tu lugar favorito de la provincia de Zamora?
Tengo muchos. Tenemos una provincia que es muy rica en paisajes, patrimonio, gastronomía y cultura. Yo soy de Toro y para mi tiene un encanto especial. También me encanta ir a pasear por los caminos y bosques que tengo cerca de casa, en La Hiniesta, ir a bañarme al embalse de Ricobayo, el Lago de Sanabria, hacer rutas por los Arribes del Duero… Toda la gente que viene aquí se sorprende de la variedad que tenemos, e igual que nosotros, se preguntan el porqué de tanto abandono institucional…
Y, ¿tu rincón preferido del mundo del diseño?
Donde más cómodo me encuentro y lo que más me gusta diseñar es packaging, por todas las cosas que implica el proceso de creación: materiales, técnica, etc. También he de decir que hay algo que no me gusta del packaging que es la parte comercial, aunque claro, lo que diseñamos tienen que servir para vender el producto… Es parte del trabajo.
Aun así, cualquier proceso de creación o búsqueda de la idea es mi parte favorita, y me da igual si estamos diseñando branding, packaging, un cartel o un stand.
Los premios reconocen un trabajo ¿En qué grado te hacen ilusión o te motivan a seguir?
Los premios y el hecho de que un jurado compuesto por diseñadores de prestigio reconozca tu trabajo siempre está muy bien. Está demostrado que el año que logramos algún premio importante recibimos más encargos y sobre todo del extranjero.
Conseguir un galardón es como una garantía para gente que no nos conoce le de la seguridad que vamos a hacer un buen trabajo. El verdadero premio para nosotros es poder hacer lo que más nos gusta desde un pequeño pueblo de Zamora y vivir de ello.
¿Algún detalle concreto por el que creas que merece la pena ser parte del equipo de Javier Garduño Estudio de Diseño?
La verdad que aquí se vive muy bien, hay una calidad de vida excepcional. Yo llevo a mi hija al colegio, la recojo, almuerzo con ella, tengo tiempo para jugar, para mis aficiones, amigos…
Desde que se incorporó Isra García al estudio en 2012 somos dos personas y todos los trabajos los desarrollamos aquí, aunque alguna vez subcontratamos ilustradores, fotógrafos, programadores… Tenemos un estilo bastante definido y viajamos bastante juntos.
Además de diseños del más alto nivel, ¿Qué más acciones lleva a cabo el estudio o tú mismo?
Hace ya más de doce años que me propusieron dar una conferencia sobre nuestro método creativo. A raíz de los primeros premios me empezaron a llamar de más escuelas y/o universidades para impartir charlas o clases magistrales, y son dos cosas que me encantan: hablar de nuestros trabajos, de cómo ha sido el proceso desde la reunión con el cliente hasta la producción, ver trabajos de estudiantes y charlar con docentes, creo que es un feedback muy productivo, y más para mí que me encanta hablar de diseño.
¿Tienes alguna afición fuera del trabajo?
Soy skater desde hace más de 30 años y sigo patinando cada fin de semana. Además, le he metido el gusanillo del skateboard y del snowboard a mi hija y hacerlos con ella es una de las mejores experiencias que me ha dado la vida. La fotografía de poesía visual es otra de mis aficiones, así como viajar, ya que aprovecho cualquier situación para poder ir a sitios nuevos.
¿Dónde está tu cliente o diseño más lejano?
Actualmente estamos con el packaging para un licor de Perú. En estos años hemos trabajado para Rusia, Francia, Italia, Georgia, Arabia Saudí, México y Estados Unidos. Cuando nos llaman desde tan lejos siempre pienso que es un orgullo profesional enorme. A nosotros nos encanta la cercanía con los clientes y hacer reuniones por videollamada al principio lo veía muy frío, pero ahora lo veo necesario tanto por tiempos como por comodidad. Al final la cercanía la otorga nuestra manera de ser, nuestra personalidad y no la distancia a la que esté el cliente.
¿Cuál es tu visión de Javier Garduño EdD en los próximos años?
No me gusta pensar en el futuro, prefiero el día a día… Ni en mis mejores sueños me imaginaba que iba a tener la vida y los encargos que tengo ahora.
Nuestros anteriores protagonistas, The Exvotos, dejaron una pregunta para el siguiente protagonista. Veamos tu respuesta: “¿Cuál es tu mayor miedo?”
Mi mayor miedo tiene que ver con la salud y no es comparable a nada. Sufro una enfermedad rara llamada Cefalea de Horton (dolores de cabeza horribles) y, en la época que la sufro, unos dos a cinco meses al año, me condiciona mucho la vida. Vivir con una enfermedad así es casi vivir constantemente con el miedo a que venga.
¿Nos puedes dejar una pregunta para que sea respondida por el siguiente protagonista?
¿Cómo crees que afectará la IA a tu trabajo? ¿Será un cambio positivo, o por el contrario un enemigo al que enfrentarse?