Tomás Alía
¡Caramba con Pepita! Una artesana de las que han hecho grande a España. Lagartera fue su centro de operaciones; los bordados fueron su herramienta; y la difusión de esta labor fue su bien cumplida meta, no solo por su cuidadoso trabajo sino también a través del de su hijo, Tomás Alía, quien, a lo largo de su carrera, ha ido (y sigue) acumulando premios de diseño de interiores, y reconocimientos por su tarea de promoción de la artesanía toledana, manchega y española, dentro y fuera de nuestras fronteras. Un tándem total el de estos dos “aliados” con la misión de abanderar las cosas bien hechas. Y todo con el ingrediente más importante: la pasión, el amor.
Hoy, con el recuerdo de su madre siempre presente, Tomás Alía, primer embajador de la Cerámica de Talavera y responsable del prestigioso Estudio de Diseño Caramba, nos cuenta más acerca de sus trabajos y su vida:
Hola Tomás, ¿qué significa Lagartera para ti?
Para mí es un templo, una isla estética fruto de una diáspora cultural. Una población rural cuya realidad es su entorno y sus vistas a Gredos. Los habitantes de Lagartera se definen como “nación o gente”, y son sus mujeres las guardianas de una identidad referida a su credo. El texto de esa identidad se lleva a cabo a través de sus patrones religiosos que portan en su indumentaria, conocidos comercialmente como “labores de Lagartera”.

¿Qué sentiste cuando los procesos artesanales de Cerámica de Talavera y Puente del Arzobispo fueron reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad?
Sentí que eso era el ejemplo a seguir respecto a las identidades únicas y singulares del mundo. Ese valoración conjunta y hermanada con la cerámica de Tlaxcala y Puebla, fue reconocer las identidades de ida y vuelta, fue abrazar las fronteras y diluir el espacio entre los continentes, y poner en valor la impronta de lo que supone la riquísima identidad de Talavera y Puente.
Has diseñado los interiores de lujosos hoteles, mansiones, embajadas, palacios de jeques, estadios de fútbol… ¿Tienes predilección por alguno de esos trabajos?
Lo más importante para mí son los pequeños espacios donde he dejado pensamiento. En el diseño del Larios Café se pasó de espacios sórdidos, vacíos y negros, heredados de la «movida madrileña», a espacios multifuncionales donde nació el concepto “evento”. Este local fue un antes y un después en el ocio madrileño.

Cuando no estás creando, ¿qué aficiones tienes fuera del trabajo?
Suelo buscar artesanos y trabajar con ellos para crear piezas compositivas. Mi mundo es viajar y aprender de otras culturas, pero, sobre todo, buscar artesanía, inspiración. Me gusta mucho la gente, los viajes, lo expresivo, lo racional.
¿Has tenido algún mentor del cual tengas un imborrable recuerdo? ¿Qué es lo más importante que aprendiste de él o ella?
Mi gran mentor fue mi madre. Ella siempre decía que hay que defender que no se pierdan las costumbres y la identidad, pero con amor, sin amor no existe nada. Estaba obsesionada con formar a la gente joven. Mi mayor aprendizaje de ella es la transmisión de saberes, la salvaguarda de identidades y la formación y conexión con la gente joven.


¿Escuchas música? ¿Cuál es tu estilo favorito?
Escucho música de todo tipo, pero la música clásica es la que más me eleva buscando la belleza. Me gustan también muchísimo el techno house y todo lo que tiene que ver con la cultura y la música brasileña. Hay una música Indi que me chifla, y por mi relación con Marruecos, hay un nuevo movimiento de música africana que me apasiona.
¿Tienes algún rincón preferido en Madrid?
Mis rincones favoritos están en mi barrio, en Las Letras. También hay una terracita tranquila y silenciosa en la zona de los Austrias, frente del Palacio de Anglona, que me cautiva.
Si pudieras invitar a tu casa a algún artista español de nuestra historia, ¿a quién elegirías?
Sin duda a Picasso, y lo miraría, y estaría horas y horas sin hablar con él. Me gustaría ver su lado creativo a nivel pictórico, pero sobre todo su magia con la cerámica, con los textiles, todo su universo creativo y esa nueva manera de ver la vida.
¿Podemos de alguna manera aplicar el vocablo «artesanía» a tu proceso creativo en el diseño de interiores?
Pues es una palabra que esta latente en mi proceso creativo. Yo reviso la artesanía en clave contemporánea. Hace poco daba una ponencia sobre la necesidad de aplicar diseño a la artesanía para crear esos lenguajes contemporáneos de los artesanos. También mencioné en ARCO el vínculo entre arte y artesanía. Para mí, en cada proyecto singular de los que hacemos, es necesario inspirarnos en los artesanos locales de cada país, no es lo mismo diseñar un edificio en Finlandia, que un palacio en Italia o un espacio de relax en Colombia.
¿De qué te sientes orgulloso?
De todo lo que tenga agitación cultural. Yo tengo dos sombreros. Uno es la arquitectura y el diseño, con el Estudio Caramba y la gente que trabaja en él (arquitectos, infógrafos, diseñadores, paisajistas), y otro es la artesanía. Soy embajador de la excelencia artesana española y nací en uno de los templos de la artesanía española, de donde mi madre además fue visionaria ya en el año sesenta, embajadora de la estética y la belleza referida al pensamiento con las manos. Todo eso ha creado en mi la necesidad de defender la estética, la artesanía y las señas de identidad plural únicas de nuestro país.
No tienes ni un segundo libre en tu agenda, ¿qué otras ocupaciones profesionales llevas a cabo que no te dejan parar?
Pues trabajo con EDIT Napoli, donde cada año llevo a cabo una curaduría y comisariado con ocho jóvenes diseñadores industriales; también soy parte del Máster de Artesanía con el Gobierno de Castilla La Mancha y con la Dirección General de Artesanía y Turismo de Castilla La Mancha; con esta última institución también tengo proyectos artesanos que lideran la conversación de artesanía en España, por ejemplo en el Madrid Design Festival, donde el año pasado hicimos una exposición doble, en Madrid y Milán, titulada “Ritorno all’Essenza” (con cuarenta mil visitas en una semana) y este año, también en el Madrid Design Festival hemos puesto una escultura cerámica donde se refleja el abrazo de la comunidad alfarera de Castilla La Mancha, y que ahora viaja a Milán al Museo de Ciencias Naturales Leonardo da Vinci, donde yo seré el diseñador y curador de dicha muestra.
Por otro lado, soy embajador de la Michelangelo Foundation, aportando esa via artesanal al proyecto de Homo Faber; y luego, aparte, los proyectos culturales con la Real Fundación de Toledo y con la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

Nuestro anterior invitado, José Luis de la Parra, dejó esta pregunta: ¿A qué te gustaría dedicarte si no te dedicaras a lo que te dedicas y por qué?
Si no fuera diseñador y arquitecto, me dedicaría a la moda, o mejor, a crear textiles patrimoniales, con un universo creativo lleno de mujeres y hombres trabajando con las manos, tejiendo, bordando, tiñendo… Haciendo obras de arte para acercarlas a los museos. El patrimonio textil me apasiona, lo tango en el ADN.
¿Nos puedes dejar una pregunta para que la responda el siguiente protagonista?
Sí. ¿Eres consciente de la importancia de las señas de identidad y la singularidad de nuestro país mientras desarrollas tu trabajo? ¿Tu trabajo es consecuente poniendo en valor esto?