el vino a granel

Muchas veces hemos asociado el vino bueno y fino con botellas etiquetadas en origen, y el caldo mediocre o vulgar con otros envases y el granel. Cada vez hay menos de cierto en eso. Al menos no consideremos mediocre ese vino sin botella, sin barrica ni etiqueta, transportado en tanques… porque es tal su importancia y su huella y peso en el mercado global de vinos, que hasta tiene su propia feria anual en Ámsterdam, la World Bulk Wine Exhibition.

Podríamos decir que se está gestando una revolución silenciosa en la industria del vino. Los productores locales, enfrentados a crecientes costos y desafíos ambientales, están explorando una modalidad innovadora de exportación: el vino a granel. Esta estrategia no solo ofrece significativos beneficios económicos, sino que también promueve la sostenibilidad al reducir el uso de botellas de vidrio.

La exportación de vino a granel implica transportar el vino en grandes contenedores, usualmente de 24.000 litros, en lugar de embotellarlo en origen. Este método presenta varias ventajas clave.

La primera de ellas es la reducción de costos: La producción y transporte de botellas de vidrio representan un gasto considerable para las bodegas. La mitad del peso de una botella de vino se debe a su vidrio. Al exportar a granel, se eliminan estos costos, permitiendo a los productores ofrecer precios más competitivos en el mercado internacional.

Otro pro es la flexibilidad en el mercado de destino: Los importadores pueden embotellar el vino en su propio país, adaptando el etiquetado y el marketing a las preferencias locales. Esta flexibilidad aumenta la capacidad de respuesta a las demandas específicas del mercado, mejorando las posibilidades de venta.

Además, hay mayor margen de beneficios: Al mermar el coste de embalaje y transporte, las bodegas pueden aumentar su porcentaje de lucro. Esto es particularmente relevante en mercados altamente competitivos donde el precio juega un papel crucial.

Ahorro y sostenibilidad

El impacto ambiental de la industria del vino ha sido objeto de creciente escrutinio. La producción de botellas de vidrio es una de las áreas con mayor impacto debido a su elevado consumo energético y emisión de CO2.

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Optar por la exportación a granel contribuye significativamente a la sostenibilidad de la industria por varias razones, la primera de ellas, minimizar el volumen de residuos sólidos generados, lo cual beneficia al planeta y la economía de las bodegas.

Otra razón es el ahorro de energía. La producción de vidrio emplea mucha energía. Al disminuir la demanda de botellas, se reduce el consumo energético, contribuyendo a la disminución de la huella de carbono de la industria vitivinícola que ahora mismo está rondando el 30%.

También los contenedores de vino a granel son más eficientes en términos de espacio y peso en comparación con las cajas de botellas. Esto permite un transporte más eficiente, reduciendo el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.

Desafíos

A pesar de sus numerosos beneficios, la exportación de vino a granel enfrenta ciertos desafíos. El más evidentes es la idea de calidad que tradicionalmente se tiene como consumidor: vino embotellado = mayor calidad.  Sin embargo, como decíamos al inicio del artículo, existe un cambio, y cada día más bodegas apuestan por el granel.

Pero calma, amigo del vino… El producto de alta gama continuará abrazado por el vidrio. La botella seguirá vigente. El entorno del vino su cultura, la estética e incluso la liturgia son valores que no pueden desaparecer, pero hay que tener claro que estos mediáticos caldos son solo el 10% del consumo mundial.

Otro desafío es la necesidad de una infraestructura adecuada en el país de destino para embotellar y distribuir el vino. Esto implica una inversión inicial que algunos importadores pueden no estar dispuestos a asumir.

En definitiva, la exportación de vino a granel se presenta como una alternativa viable y ventajosa tanto desde el punto de vista económico como ambiental. Al reducir los costos asociados con la producción y transporte de botellas de vidrio, y al mismo tiempo promover prácticas más sostenibles, esta modalidad ofrece una solución innovadora para la industria vitivinícola en España.

Se está demostrando que es posible preservar la calidad y tradición del vino español mientras se adoptan prácticas más eficientes y responsables. Con el cambio de percepciones y la adaptación a nuevas infraestructuras, el vino a granel tiene el potencial de redefinir la dinámica del mercado internacional del vino, beneficiando a productores, importadores y al medio ambiente por igual.

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